Cuando conocí a los dueños de esta agencia de Navarra me dije: “Ellos son los verdaderos protagonistas, y ahora tengo la suerte de participar en esta historia”. Me dijeron que su negocio, “al ser pequeño”, era completamente gestionado por ellos.

Su trato es tal hacia sus clientes, que me contaban que casi siempre acaban siendo más que clientes, amigos.

Su creatividad es innata, además son curiosos y experimentados en el mundo audiovisual, pero… necesitaban a alguien que les quitara esas labores de gestión tan tediosas y que tanto tiempo les ocupaba.

Y así llegue a Visual Comunicación, rodeándome de gente enérgica, alegre e ilusionante para participar cada día de historias nuevas, aportando pragmatismo desde la gestión administrativa y financiera.

Y aquí estamos, creciendo como empresa y creciendo como persona a pesar de tener, esta que escribe, algo más de medio siglo.